El lunes 28 de abril de 2025, España vivió un apagón eléctrico histórico, un evento que dejó paralizadas las actividades de todas las industrias del país. A las 12:32 horas, la Red Eléctrica registró una caída de más del 40% en el consumo nacional, descendiendo a 10,5 gigavatios en tan solo una hora.
Este apagón ha marcado un hito en la historia reciente, generando importantes pérdidas económicas para los sectores industriales. Si bien el impacto económico aún se está evaluando, la CEOE estima una pérdida cercana al 0,1% del PIB, lo que equivaldría a unos 1.600 millones de euros.
Este apagón ha marcado un hito en la historia reciente, generando importantes pérdidas económicas para los sectores industriales. Si bien el impacto económico aún se está evaluando, la CEOE estima una pérdida cercana al 0,1% del PIB, lo que equivaldría a unos 1.600 millones de euros.
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ToggleEl apagón obligó a miles de empresas en todo el país a detener por completo su producción durante horas, lo que conlleva enormes pérdidas económicas que afectan tanto a grandes industrias como a pequeñas y medianas empresas.
Este tipo de interrupciones no solo repercuten en la producción en términos de horas de inactividad, sino que también tienen consecuencias indirectas, como la pérdida de datos, fallos en los sistemas informáticos y la interrupción de la cadena de suministro. En un contexto de competitividad global, cada minuto de inactividad puede suponer una gran pérdida económica y una amenaza para la sostenibilidad de las empresas afectadas.
Aunque el apagón tuvo un alcance generalizado, no todos los sectores lo vivieron con la misma intensidad. Algunas actividades, por su alta dependencia del suministro eléctrico, se vieron especialmente golpeadas. En particular, aquellas con procesos automatizados, cadenas de frío o sistemas de producción industrial fueron extremadamente vulnerables.
El campo murciano, motor económico y símbolo de identidad regional, depende en gran medida de la tecnología para mantener su competitividad: desde el control de riego por sensores hasta las cámaras de conservación que garantizan la frescura de frutas y hortalizas. El apagón no solo detuvo estas operaciones, sino que puso en jaque a toda una cadena de valor altamente sincronizada tanto en plantas de procesado como en la refrigeración de la logística.
Sin una ventilación adecuada, los productos frescos pierden rápidamente sus condiciones óptimas, lo que puede traducirse en pérdidas económicas severas y problemas de calidad o seguridad alimentaria. Incluso en explotaciones ganaderas intensivas, como las naves de cría de pollos o cerdos, la falta de ventilación puede derivar en episodios de asfixia, poniendo en riesgo la vida de miles de animales en cuestión de minutos.
Además, los centros tecnológicos y de gestión de recursos hídricos, fundamentales para un uso eficiente del agua en una región donde cada gota cuenta, también se vieron afectados. Su parálisis, aunque temporal, dejó claro hasta qué punto la digitalización y el suministro energético son hoy inseparables, sobre todo en un entorno donde el clima y el calendario agrícola no dan segundas oportunidades.
En definitiva, el apagón supuso mucho más que un simple corte de luz. Fue un recordatorio de la fragilidad de ciertos sectores estratégicos y de la necesidad de reforzar infraestructuras críticas para proteger el corazón productivo de la Región de Murcia.
Cuando se produce un apagón, las opciones para mantener la producción en marcha son limitadas, pero existen alternativas viables. Los generadores eléctricos pueden ofrecer una solución temporal, pero dependen de combustible y requieren mantenimiento constante, lo que los convierte en una opción menos sostenible a largo plazo.
Ante esta vulnerabilidad, muchas empresas se han dado cuenta de la necesidad de contar con sistemas de autoconsumo energético que les permitan mantener la producción, incluso durante situaciones excepcionales como este caso. Las instalaciones solares con sistemas de almacenamiento dotadas de backup son una solución clave para garantizar el suministro continuo de energía, incluso cuando la red eléctrica falla.
En un contexto tan incierto, la transición hacia el autoconsumo energético con almacenamiento se posiciona como una de las mejores alternativas para las empresas que desean evitar los riesgos de interrupciones en el suministro eléctrico. Con la capacidad de generar y almacenar energía, las compañías pueden garantizar un funcionamiento autónomo y evitar paradas no deseadas durante situaciones de apagón o fluctuaciones en la red eléctrica.
Una parte fundamental de este tipo de sistemas son las baterías de almacenamiento con backup, que permiten acumular la energía solar generada durante las horas de sol para utilizarla en momentos en los que la red eléctrica no esté disponible. Gracias a este respaldo, muchas instalaciones con autoconsumo fotovoltaico con baterías pudieron seguir operando con normalidad durante el apagón del 28 de abril, sin que se viera afectada su actividad.
Las baterías de almacenamiento son el componente que convierte una instalación de autoconsumo en un sistema realmente autónomo. Su función principal es acumular la energía solar generada durante el día para que pueda utilizarse cuando la producción fotovoltaica no cubre la demanda, ya sea en horas sin luz solar o durante una interrupción del suministro eléctrico.
Estas baterías, junto con un sistema de backup o respaldo energético, permiten que la instalación se desconecte de la red y continúe suministrando electricidad de forma estable, lo que garantiza que la empresa pueda mantener su actividad sin depender del funcionamiento de la red general. Así, incluso en situaciones críticas como un apagón, se evita la paralización de la producción, la pérdida de datos o el deterioro de productos sensibles.
Durante el apagón del 28 de abril, muchas empresas que ya contaban con instalaciones fotovoltaicas con baterías y backup pudieron seguir trabajando con total normalidad, sin interrupciones ni daños operativos. Esta situación ha demostrado que el almacenamiento energético no es solo una ventaja, sino una necesidad estratégica para cualquier industria que quiera proteger su actividad.
En RDS, diseñamos soluciones completas de autoconsumo con almacenamiento de manera personalizada, integrando baterías y sistemas de respaldo para garantizar que tu empresa esté preparada frente a cualquier imprevisto. Si deseas proteger tu producción y reducir tu dependencia de la red eléctrica, no dudes en contactar con nosotros para comenzar a implementar tu sistema de autoconsumo industrial.
No todas las instalaciones solares son iguales. Muchas empresas piensan que, por tener placas solares, ya están protegidas frente a cortes de luz, pero la realidad es diferente. Si tu sistema está conectado a la red sin baterías ni sistema de backup, dejarás de tener suministro cuando se interrumpa la red eléctrica.
Incluso si cuentas con baterías, sin un inversor híbrido y un sistema de respaldo (backup), la instalación se desconectará automáticamente durante un apagón por seguridad, y no podrás utilizar la energía almacenada. Por eso es fundamental diferenciar entre un simple sistema de autoconsumo y una instalación realmente preparada para garantizar autonomía energética.
Una solución fotovoltaica con baterías y backup no solo permite aprovechar la energía solar, sino también mantener la actividad de tu empresa ante cualquier fallo en la red.
Si tu empresa depende de la continuidad de su producción y no puede permitirse paradas imprevistas, un sistema de almacenamiento puede ser una excelente opción para garantizar el suministro eléctrico durante un apagón. No solo garantiza el suministro durante un apagón total, sino que también aporta estabilidad ante fluctuaciones de tensión o cortes intermitentes, que puedan dañar equipos sensibles o afectar a la calidad del proceso productivo.
Las baterías actúan como un “colchón” energético, almacenando la energía solar generada y liberándola cuando se detecta una caída de tensión o un fallo parcial en la red permitiendo que la actividad continúe sin interrupciones. Si experimentas apagones breves, picos de tensión o problemas de calidad eléctrica, es muy probable que tu empresa se beneficie significativamente de un sistema de almacenamiento con backup.
Un generador eléctrico es una solución temporal que depende de combustibles fósiles y requiere mantenimiento constante. Un sistema de almacenamiento, en cambio, aprovecha la energía generada por tus paneles solares y la conserva para su uso posterior, permitiendo un funcionamiento autónomo y sostenible.
Además, algunos sistemas permiten combinar ambas tecnologías: el generador y las baterías pueden trabajar de forma complementaria, permitiendo que uno respalde al otro según las condiciones.
Sí, nuestras instalaciones están diseñadas para minimizar la interrupción en tu actividad, permitiendo una transición rápida y eficiente hacia el autoconsumo energético.