El mantenimiento correctivo es una parte fundamental en la gestión técnica de una instalación fotovoltaica. Su función no es preventiva, sino reactiva: se aplica cuando ya se ha producido una anomalía que afecta al funcionamiento, la eficiencia o la seguridad del sistema.
A pesar de lo que pueda pensarse, actuar a tiempo tras un fallo no solo evita pérdidas económicas, sino que también protege el resto de componentes y optimiza la vida útil de la instalación.
En esta guía abordamos los fallos más comunes que afectan a los sistemas fotovoltaicos, los aspectos técnicos clave a la hora de planificar una intervención y los pasos recomendados para llevar a cabo un mantenimiento correctivo eficaz. Además, analizaremos sus beneficios y por qué contar con un equipo profesional como RDS marca la diferencia.
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ToggleLa aparición de un fallo no siempre es inmediata ni visible. En muchos casos, las pérdidas de rendimiento se van acumulando de forma progresiva, por lo que es importante identificar las señales y sus causas.
Es uno de los indicadores más claros de un problema en curso. Si la instalación deja de generar la energía estimada, conviene revisar tanto el estado de los paneles solares, como el inversor, las conexiones internas o posibles errores en la monitorización.
Los daños físicos, las microfisuras, la degradación por radiación UV o problemas de fabricación pueden alterar la capacidad de captación y conversión de energía. También la acumulación de suciedad o la presencia de humedad pueden reducir su rendimiento.
Conectores sueltos, oxidación, falsos contactos o un diseño inadecuado del cableado son las causas más frecuentes de caídas de tensión o pérdida de energía útil.
El inversor es el corazón electrónico del sistema. Una parada por sobrecalentamiento, fallos internos o errores de configuración puede llevar a una desconexión completa del sistema.
No todas las instalaciones son iguales. A la hora de planificar un mantenimiento correctivo, es importante tener en cuenta:
Este análisis previo permite actuar con criterio técnico y evitar intervenciones innecesarias o mal dirigidas.
Durante una inspección técnica, algunos de los defectos más comunes que requieren corrección inmediata son
Afecta a la transparencia del encapsulado, reduciendo la entrada de luz y, por tanto, la producción energética.
Es la separación de capas dentro del panel, comprometiendo su protección frente a humedad, temperatura o agentes químicos.
Generalmente se originan por fatiga térmica o defectos de fabricación, lo que provoca caídas de corriente y puntos de fallo intermitente.
Son puntos de sobrecalentamiento detectables con termografía causados por daños internos o sombreado parcial prolongado. Pueden derivar en incendios si no se corrigen a tiempo.
Para que la intervención no se limite a un simple parcheo, es necesario seguir un procedimiento técnico bien estructurado:
Es imprescindible utilizar equipos homologados:
La desconexión debe incluir tanto la corriente continua (lado de los módulos) como la corriente alterna (salida del inversor). Se aplicará el protocolo LOTO (lock out, tag out).
Comprobar módulos, conexiones, cajas de string, protecciones, inversores y cableado. Se recomienda usar herramientas avanzadas como:
Sustituir componentes defectuosos o actualizar aquellos con rendimiento por debajo del umbral. Una vez corregido el fallo, se realiza una verificación del sistema bajo carga real.
Toda intervención debe quedar documentada en el libro de mantenimiento. Además, es recomendable realizar un seguimiento durante los días posteriores a la reparación.
Aunque el mantenimiento correctivo actúa en respuesta a una incidencia, su correcta aplicación aporta ventajas tanto técnicas como económicas:
En definitiva, el mantenimiento correctivo no es solo una solución técnica puntual, sino una herramienta de control y optimización para cualquier instalación fotovoltaica que pretenda garantizar su continuidad operativa.
En RDS entendemos cualquier anomalía puede comprometer la rentabilidad de una instalación fotovoltaica Por eso ofrecemos un servicio técnico especializado, adaptado a las particularidades de cada propuesta y basado en experiencia, tecnología avanzada y rapidez de actuación.
Nuestro plan profesional de mantenimiento integra monitorización en tiempo real, diagnóstico, intervención, limpieza módulos solares y optimización del sistema. Detectamos anomalías antes de que se conviertan en problemas graves y actuamos con procedimientos certificados, garantizando un retorno fiable y seguro.
¿Quieres proteger tu producción fotovoltaica ante imprevistos? Confía en RDS.
Sí, pero su rendimiento se verá afectado, y en algunos casos puede generar desequilibrios eléctricos o puntos calientes. Es recomendable actuar cuanto antes para evitar daños mayores.
La vida útil media de un inversor es de 8 a 12 años, aunque puede variar según el fabricante y las condiciones de operación. Si el equipo empieza a mostrar errores frecuentes o su eficiencia cae por debajo del 95 %, conviene evaluarlo.
El informe técnico debe incluir: diagnóstico, causa raíz del fallo, actuaciones realizadas, componentes sustituidos, comprobaciones posteriores y recomendaciones a futuro. Todo debe quedar registrado para auditoría y trazabilidad.
En zonas con alta humedad o contrastes térmicos, aumentan los riesgos de delaminación, corrosión de conexiones y fatiga en materiales. Cada zona geográfica requiere una estrategia técnica específica.