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Cinco mitos que debes saber sobre la energía solar fotovoltaica

La energía solar fotovoltaica es aquella que transforma de forma directa la radiación solar en electricidad. Para llevar a cabo esa transformación se utilizan paneles fotovoltaicos, en la que la radiación solar excita los electrones de un dispositivo semiconductor y genera una pequeña diferencia potencial. La conexión entre estos dispositivos permite obtener diferencias de potencial mayores.

Antiguamente estos paneles se utilizaban para suministrar electricidad a satélites geoestacionarios de comunicaciones, pero hoy en día constituyen una tecnología de generación eléctrica renovable.

Una de las mayores ventajas de esta tecnología es su estructura modular, por lo que se pueden construir grandes extensiones de plantas fotovoltaicas en el suelo, hasta paneles de reducido tamaño para tejados.

La energía solar es una de las fuentes de energías renovables más baratas y sencillas de producir. La derogación del impuesto al sol y la reducción en los costes de las instalaciones han hecho que se convierta en una alternativa real y accesible para los ciudadanos.

Aún así, siguen existiendo muchas dudas y especulaciones acerca de este tipo de energía.

En Grupo RDS desmontamos mitos y los compartimos contigo.

5 mitos de la energía solar fotovoltaica

La energía solar fotovoltaica es cara

Tal vez este sea el mito más escuchado y a su vez, el más erróneo.

Actualmente, la producción de energía solar fotovoltaica se posiciona como la fuente de energía más barata frente al carbón o el gas natural. Esto se debe a la bajada de los precios de los módulos fotovoltaicos, ya que en los últimos 10 años han reducido su precio hasta un 94%.

Más de dos tercios de la población mundial vive en países donde la energía solar y eólica son ya las fuentes de energía más competitivas. Aunque si se tienen en cuenta los costes ambientales y sociales de las fuentes de energía, las renovables son las fuentes de energía más competitivas en todo el planeta.

Las plantas fotovoltaicas roban espacio a la agricultura y la ganadería

Las instalaciones de plantas solares se ubican a menudo sobre terrenos que no se estaban utilizando previamente. Un ejemplo de estos terrenos son los entornos desérticos.

Actualmente no se conocen conflictos de intereses con el sector agropecuario, sino que se convierte en un aliado de las explotaciones agrícolas, ya que permite realizar instalaciones vinculadas al bombeo de agua y a la automatización de sistemas de riego. Además, en ocasiones se utilizan especies ganaderas para mantener de forma natural el terreno de las instalaciones.

La construcción de estas plantas conllevan la deforestación de muchas hectáreas

Actualmente no existe ningún informe de organismos públicos o privados que recogen que el crecimiento de la energía solar conlleva un aumento de la deforestación. En cambio, estas plantas solares se suelen instalar en entornos áridos, con una vegetación escasa o inexistente.

En la mayoría de los casos la deforestación está estrechamente vinculada a la explotación abusiva de zonas de vegetación o a la extensión no sostenible de las tierras de cultivo. En cambio, las plantas solares se construyen en zonas afectadas por la sequía, por lo que contribuyen a frenar los efectos del cambio climático.

La construcción de paneles es muy contaminante

Los paneles fotovoltaicos de última generación son cada vez más eficientes, ya que se calcula en aproximadamente dos años el tiempo que tarda un panel en generar la energía utilizada para su producción. Además, su vida útil es de más de 30 años, en los que utilizará el sol como único combustible para generar energía.

Su fabricación no supone un proceso excesivamente contaminante, ya que no necesita de medidas de protección y seguridad superiores a las de un proceso industrial convencional. Además, los principales componentes de un panel fotovoltaico son el aluminio, el vidrio, el silicio y el cobre.

Cuando se agota la vida útil de los paneles, sus componentes no se catalogan como residuos peligrosos y son reutilizables en una tasa de hasta el 95%. Esto posibilita hacer un uso sostenible de las materias primas empleadas y reducir el volumen de desechos.

La producción de energía desaparece por la noche

Es cierto que las placas solares son más eficientes y productivas cuando absorben la luz directa de los días soleados, pero también pueden seguir siendo productivas en días nublados e incluso de noche.

Los paneles solares fotovoltaicos son capaces de usar la luz indirecta para generar energía eléctrica, por lo que el rendimiento varía, pero no desaparece.

Los avances registrados en tecnologías de almacenamiento y el descenso de los costes, han dado lugar a su vinculación a energías renovables intermitentes. Es decir, tienen la posibilidad de almacenar la energía cuando hay sol y viento, aunque no haya demanda y suministrar cuando sea necesaria por la noche o en ausencia de viento.

Además, es una fuente de energía compatible con otras tecnologías renovables, por lo que se adecúa a cada momento y entorno, logrando una mayor eficacia.