La energía solar avanza a pasos de gigante en nuestro país de la mano de las instalaciones fotovoltaicas. Una de las posibilidades más llamativas es la del autoconsumo compartido y la notable rentabilidad que ofrecen.
En RDS te explicamos en qué consiste el autoconsumo compartido, los requisitos que debes cumplir para acceder a esta modalidad y las grandes ventajas que te harán replantearte esta opción. ¡Comenzamos!
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ToggleEl autoconsumo colectivo consiste en la instalación de placas solares para la generación de energía de forma compartida y consumida entre varios participantes. En nuestro país, el autoconsumo cobra una especial importancia debido al sistema de construcciones vigente.
Aproximadamente, el 66,5 % de la población española reside en bloques de edificios, lo que lo convierte en el país europeo con el porcentaje más alto en este sentido. Esta situación refuerza la instalación compartida de la energía solar fotovoltaica.
Para disfrutar de la instalación de placas solares compartida con tus vecinos, debes cumplir tres requisitos esenciales:
Existen distintos modelos de autoconsumo colectivo para la generación de energía fotovoltaica. Esto depende de distintos factores de la localización donde se va a realizar la instalación como, por ejemplo, si el edificio está en proceso de construcción o ya está habitado.
Según el Real Decreto 244/2019, aquellos participantes que dispongan de una instalación de autoconsumo compartido pertenecen a cualquiera de estas modalidades:
Consiste en que un número de usuarios participantes llegan a un acuerdo para realizar la instalación de placas de autoconsumo a través de un dispositivo antivertido, que impide inyectar los excedentes energéticos a la red eléctrica.
Esta modalidad permite que los excedentes energéticos se vendan en el mercado eléctrico. La titularidad de la instalación pertenece al productor de energía, quien formalizará la venta de dichos excedentes.
Los participantes que se acogen a la compensación de excedentes, reciben un descuento en la factura de la luz al final de cada período, siendo máximo un mes.
Los consumidores beneficiarios de la instalación de paneles fotovoltaicos y la consecuente generación de energía, se dividen en tres grupos de autoconsumo compartido:
Puede ser un autoconsumo compartido básico, en el que la comunidad vecinal usa la energía generada para abastecer las zonas comunes. Un consumo integral, con el que la comunidad de vecinos utiliza la energía por el sistema de autoconsumo en el interior de sus viviendas y negocios. Y, por último, autoconsumo flexible, en el solo participan algunos en la instalación energética.
Un conjunto de dos o más empresas cercanas que instalan paneles solares conjuntamente para aprovechar la máxima producción energética de las horas de actividad empresarial.
Dos o más viviendas unifamiliares cercanas a una distancia máxima de 500 m producen y comparten energía.
Las instalaciones de autoconsumo colectivo no requieren una gran inversión inicial por parte de los participantes, por lo que se aprovechan las economías de escala, produciendo más energía a menor coste.
Al existir varios consumidores del sistema fotovoltaico, la superficie disponible será mayor, por lo que se podrá elegir la mejor ubicación para optimizar la producción.
Las instalaciones de autoconsumo requieren una menor inversión inicial por parte de los participantes, pudiendo amortizarse en un periodo menor de tiempo, que suele oscilar entre los 3-4 años.
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