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Cómo funcionan las plantas solares

El desarrollo sostenible ha sido y es una de las grandes preocupaciones de la ciencia y la tecnología actual. Dentro de los avances que han ido apareciendo, uno de los principales es la generación de energía renovable mediante el uso de la luz solar.

Para aprovecharla al máximo es necesaria la instalación de una planta solar, o central solar. Vamos a mostrarte que es una central solar y cómo funciona.

Qué es una central solar

Las plantas solares son instalaciones de tipo industrial que convierten la radiación eléctrica en energía eléctrica. El proceso para esa transformación puede ser fototérmico o fotovoltaico.

Las centrales solares deben disponer de una conexión a la red de distribución.

Cómo funciona una central solar

Central solar fototérmica

En el proceso fototérmico el calor producido por el sol calienta un fluido interno y produce vapor. Ese vapor se lleva a una turbina, cuyo movimiento genera energía eléctrica.

Es un proceso menos accesible, que además está sujeto al clima, y depende en exceso del nivel de radiación solar del ambiente para funcionar correctamente.

Central solar fotovoltaica

En el proceso fotovoltaico los paneles solares están formados por unos módulos, de nombre “célula solar”. La radiación solar (los fotones) se sitúa sobre la superficie de un cristal semiconductor (normalmente de silicio) que conforma la célula solar. Los electrones del silicio reciben la energía, y provoca su movimiento; a ese movimiento se le denomina electricidad. Así, se genera una corriente eléctrica por efecto fotovoltaico.

La corriente eléctrica formada es de tipo continuo, y se enviará a un armario para corriente continua donde se debe usar un inversor de corriente para transformarla a corriente invertida.

Esta corriente invertida se llevará a un centro de transformación que adaptará la corriente al nivel en el que estén las líneas de transporte de la red eléctrica.

En caso de que quede guardada, la energía se puede guardar en un banco de baterías.

Las plantas de energía fotovoltaica son más accesibles que las anteriores, aunque para generar suficiente energía necesitan ocupar grandes extensiones de terreno, por lo que uno de sus usos principales es en las grandes huertas solares.

Ahora bien, al ser una tecnología modular también se puede usar para autoconsumo, como es el caso de ciertas casas, y, sobre todo, edificios. En ese caso, parte de la electricidad generada es consumida por el productor, mientras que el resto se vierte a la red eléctrica.